Chile se comprometió con ambiciosa meta de capital humano en el sector energético

Se ha establecido un objetivo robusto para capacitar a 18.000 técnicos y profesionales para 2030. Además, se ha hecho hincapié en la inclusión, garantizando que al menos el 30% de los beneficiarios sean mujeres.

Hoy en día, el sector energético está atravesando una revolución sin precedentes en todo el mundo. Con el cambio hacia energías más limpias y sostenibles, los países están en una carrera para adaptarse y liderar en esta nueva era. En este contexto, Chile ha tomado medidas significativas para potenciar su capital humano y prepararse para enfrentar estos desafíos. En el reciente encuentro de la Mesa +Capital Humano en Energía, se discutieron y presentaron los avances y objetivos del país en este ámbito.

Chile ante el cambio tecnológico

Con la presencia de líderes de la industria, academia, e instituciones clave, Diego Pardow, ministro de Energía, subrayó la importancia de preparar a los técnicos y profesionales chilenos para la próxima ola de cambios tecnológicos. Entre estos se destacan avances como la generación eléctrica a partir de energías renovables y la producción de hidrógeno verde. En palabras del ministro, Chile aspira a ser un "protagonista a nivel mundial" en estas áreas.

Para tal objetivo, el Ministerio de Energía ha invertido significativamente en capacitaciones. Hasta la fecha, se han llevado a cabo 1.600 capacitaciones, beneficiando a 10.522 personas desde el inicio del programa en 2018. Esta cifra supera con creces el objetivo inicial del programa, demostrando el compromiso de Chile con el fortalecimiento de su capital humano.

En colaboración con ChileValora y el Ministerio de Energía, se han realizado esfuerzos notables para definir marcos de cualificación y realizar estudios detallados sobre las brechas de capital humano en áreas críticas como la electromovilidad, transmisión eléctrica y acondicionamiento térmico, por mencionar algunos.

Metas Ambiciosas para 2030

Chile no se detiene aquí. Se ha establecido un objetivo robusto para capacitar a 18.000 técnicos y profesionales para 2030. Además, se ha hecho hincapié en la inclusión, garantizando que al menos el 30% de los beneficiarios sean mujeres, y asegurando representación de pueblos originarios y de personas afectadas por el cierre de centrales a carbón.

Se anunciaron más planes, como estudios para identificar brechas de capital humano en otros subsectores y la creación de una plataforma que conecte la oferta y demanda laboral en el sector energético.

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