Mazda y su compromiso con el medioambiente

Durante las últimas dos décadas, Mazda ha centrado sus esfuerzos en desarrollar nuevas técnicas de propulsión para fabricar modelos cada vez más amigables con el medioambiente y que enamoren a sus clientes.

El 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética, fecha que busca crear conciencia de la importancia del uso racional de la energía a nivel global y que Mazda ha aprovechado para reafirmar su compromiso con el desarrollo de nuevas tecnologías de propulsión que ayuden a reducir la emisión de gases contaminantes.

Compromiso en el que viene trabajando desde 1992, cuando firmó el Estatuto Internacional para el Medioambiente, y gracias al cual nació la tecnología SKYACTIV. Ésta fue presentada en el Salón de Frankfurt de 2011 y permite mejorar la eficiencia y rebajar sustancialmente las emisiones contaminantes de los autos equipados con motores de combustión.

La exitosa introducción de la primera fase de SKYACTIV -presente en el mercado chileno desde 2013- le permitió a la marca de origen japonés reducir en un 30% las emisiones promedio de su gama de modelos, mientras que con las fases dos y tres espera disminuirlas en un 30% adicional para alcanzar nuevos umbrales en materia de eficiencia.

El desarrollo por fases de esta tecnología, una de las más avanzadas que existen en lo referente a la eficiencia de los motores de combustión, apunta a la necesidad de avanzar de manera continua y por etapas en el cuidado del medio ambiente en todos los países donde Mazda está presente.

La innovación más reciente en este sentido es el revolucionario SKYACTIV-X, un motor de gasolina único en el mundo que combina las ventajas de las tecnologías de combustión interna más avanzadas y que incorpora el método de combustión exclusivo de Mazda denominado “encendido por compresión controlado por chispa” (SPCCI).

Pero los esfuerzos de Mazda para contribuir al cuidado del medioambiente no sólo se han limitado a reducir las emisiones de sus modelos, ya que además recicla más del 75% de las piezas plásticas de sus vehículos, mientras que sus forros y pastillas de freno no contienen amianto, lo que le permitió transformarse en la primera marca automotriz japonesa en conseguir la acreditación ISO 9002, la que en 1996 se convirtió en ISO 9001.

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