Expertos UC estiman que Chile debería complementar impuestos verdes para alcanzar estándares internacionales

Según el estudio “Impuesto al Carbono en Chile: Consideraciones Económicas, Sociales y Ambientales”, se destaca que habrían dos alternativas para lograr el objetivo: aumentar la tasa de impuesto al carbono o considerar la base de la tributación.

La experiencia de 26 países recogida -entre el período 1990 y 2021- en el estudio “Impuesto al Carbono en Chile: Consideraciones Económicas, Sociales y Ambientales”, destaca que en el país, específicamente en 2024, se recaudarán aproximadamente US$ 311 millones en impuestos verdes.

El informe elaborado por el coordinador de energía y cambio climático de Clapes UC, Luis Gonzales; el coordinador macroeconómico de la misma entidad, Hermann González; y el exministro de Hacienda y director del centro de estudios, Felipe Larraín, analiza los años de introducción de los impuestos, su convivencia con otros aranceles, la cobertura en los sectores económicos y las modificaciones que han experimentado en el tiempo. Asimismo, se desglosaron las mencionadas características por nivel de desarrollo de los países.

En detalle, los autores estimaron que, desde 2018 cuando inició la implementación de este tipo de recaudación,nen Chile se reunirán US$ 311 millones, de los cuales US$ 229 corresponderán a fuentes fijas y los otros US$ 81 millones provendrán de fuentes móviles. 

¿Qué recomienda en el estudio?

La experiencia internacional en sistemas de precio de las emisiones de carbono ha demostrado que “no es adecuado enfocarse únicamente en la recaudación fiscal, ya que si el diseño es el correcto, se espera que la recaudación caiga por el desincentivo a las emisiones que se busca en primer lugar. En promedio, los sistemas recaudan en torno a 0,2% del PIB, no siendo la recaudación lineal en el tiempo. Esto último es importante desde el punto de vista del compromiso de gastos que se asume contra estos ingresos (calzar ingresos y gastos en el largo plazo)”.

Frente a este escenario, se apunta a que existen dos alternativas en las cuales se puede avanzar: aumentar la tasa de impuesto al carbono o considerar la base de la tributación. 

En la primera opción, los autores estiman conveniente considerar, en el aumento del impuesto, la carga tributaria total que afrontan las empresas y, de esta forma, combinarlo con reducción de impuestos como el corporativo para lograr preservar los estímulos de inversión y además impulsar el gasto en tecnologías limpias.

Por su parte, la segunda alternativa plantea que se puede mantener la tasa del impuestos y ampliar la base de tributación, así como se hizo en Chile durante el 2020, incorporando más establecimientos. Asimismo, se debe avanzar, dada la experiencia internacional, el impuesto al carbono en generación eléctrica considerando los costos variables. 

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