Trabajadores de Caserones exigen mejores condiciones y bono de $24,5 millones

La falta de progreso en las conversaciones y la creciente presión por parte del sindicato indican que el conflicto en la mina Caserones podría extenderse, afectando no solo a la producción minera sino también a la estabilidad laboral en la región de Atacama

La huelga del sindicato de trabajadores de la mina de cobre Caserones ha cumplido una semana sin señales de resolución, según indicó este lunes el presidente del sindicato a Reuters. El paro, que comenzó tras el fracaso de las negociaciones para un nuevo contrato colectivo, involucra a unos 300 trabajadores, lo que representa aproximadamente el 30% de la dotación total del yacimiento controlado por la canadiense Lundin Mining.

El conflicto laboral se inició el lunes de la semana pasada, luego de que los trabajadores rechazaran la última oferta de la empresa, que consistía en un bono de $18,5 millones. El sindicato exige un bono de $24,5 millones, junto con un reajuste salarial del 2,7% y el pago íntegro del mes, pese a los días de huelga. Además, los trabajadores objetaron que los pagos estaban condicionados a la permanencia en la empresa durante los 36 meses del contrato.

Marco García, presidente del sindicato, informó que desde la última reunión en la Dirección Regional del Trabajo en Copiapó el miércoles pasado, no ha habido ningún otro acercamiento con la compañía. "Esperamos tener contacto esta semana, ya que la productividad de la minera se está complicando, están trabajando a menos del 50% de su capacidad y eso obviamente les complica a ellos y a sus controladores", señaló García.

Impacto en la producción y tensiones en la faena

La mina Caserones, ubicada en la Cordillera de los Andes a unos 160 kilómetros de Copiapó y a una altitud de 4.600 metros sobre el nivel del mar, ha enfrentado históricamente problemas productivos, ambientales y de relaciones con las comunidades aledañas. A pesar de las condiciones climáticas adversas recientes, con lluvia y nieve en torno al yacimiento, los trabajadores se han mostrado decididos a prolongar el conflicto, incluso por más de 40 días si fuera necesario.

Durante los últimos días, la huelga en Caserones ha estado marcada por bloqueos al único acceso a la faena, lo que ha exacerbado las tensiones. Aunque la atención de la industria minera se había centrado recientemente en la huelga en la mina Escondida, que finalizó cuando BHP accedió a pagar un bono de $33 millones, la paralización en Caserones ha generado inquietud debido a las demandas de los trabajadores y la prolongada falta de diálogo.

Cabe recordar que Caserones ya enfrentó una negociación colectiva este año, en abril, cuando logró un acuerdo con el sindicato N°1. Sin embargo, la situación actual con el sindicato Lumina, que representa a un tercio de la fuerza laboral, sigue sin resolverse, y las expectativas de los trabajadores, influenciadas por el reciente acuerdo en Escondida, complican aún más las negociaciones.

COMENTA AQUÍ