El impacto de los datos geoespaciales en la conservación del medioambiente

El impacto de los datos geoespaciales es innegable, gracias a la calidad y detalle de la información, lo que permite a gobiernos, ONGs y comunidades locales proteger los diferentes ecosistemas de nuestro planeta.

En las últimas décadas, el cambio climático se ha convertido en un problema cada vez más acuciante para la humanidad.  Los cambios generados en los ecosistemas y la economía mundial ya son claramente notorios y si no se actúa, las consecuencias serán aún más devastadoras.

Para abordar los cambios necesarios y revertir la situación, el uso de datos geoespaciales se antoja imprescindible. Estos datos, obtenidos a partir de diferentes sistemas, como satélites, drones o sistemas de información geográfica (SIG), proporcionan información detallada sobre los ecosistemas y distintas actividades humanas, facilitando una mejor toma de decisiones y la creación de estrategias de conservación más eficaces.

 Entendiendo los datos geoespaciales

Los datos geoespaciales son datos que hacen referencia a la información sobre acciones, fenómenos u objetos ubicados en la superficie terrestre. Aunque el uso de cualquier imagen de satélite en tiempo real puede ayudar a identificar algunas de las características mencionadas anteriormente, la verdadera utilidad de los datos geoespaciales radica en las coordenadas, pudiendo atribuir una ubicación física a cada característica detectada.

Gracias a estos datos, la capacidad de los científicos y expertos para visualizar y modelizar diferentes fenómenos nos acerca a una mayor comprensión de lo que sucede en nuestro planeta. Además, la integración con otras tecnologías y análisis avanzados es bastante sencilla, permitiendo responder incluso a los desafíos más complejos.

 Soluciones geoespaciales contra el cambio climático

Al contrario de lo que pasa con otras tecnologías, la información geoespacial tiene una utilidad real y no se enmarca dentro de la teoría. La investigación contra el clima abarca el estudio de diferentes aspectos, como los casquetes polares o la salud de la vegetación en las masas forestales. La necesidad de determinar con precisión los lugares en los que se mide o analiza un parámetro es la que otorga a los datos geoespaciales su importancia.

La unión de imágenes satelitales, SIG y herramientas cartográficas avanzadas forma un abanico de soluciones geoespaciales que permite comprender cómo evoluciona la Tierra y cómo hacer frente a los retos que nos plantea el cambio climático. Su enfoque integral permite comprender, mitigar y adaptarse a un clima cambiante y desarrollar una hoja de ruta hacia un futuro más resistente.

Algunos de los usos más habituales de las soluciones geoespaciales en la actualidad son los siguientes.

 Cambio climático urbano

Las ciudades son uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero (GEI), debido a la existencia de edificios con sistemas de calefacción central obsoletos y la presencia de un parqué automovilístico donde la mayoría de vehículos son contaminantes. A esto se suma la forma en la que muchas de ellas se han construido, con una falta evidente de vegetación y una gran cantidad de hormigón y otros materiales que fomentan las denominadas islas de calor.

Para acelerar la acción climática en las ciudades, los datos geoespaciales ayudan a los responsables de la toma de decisiones de múltiples formas. Por un lado, permiten evaluar el riesgo climático en cada zona de la ciudad y explorar diferentes soluciones adaptadas a cada una de ellas; por otro lado, ayudan a avanzar en la modificación de las ciudades y la construcción de nuevas zonas para que se ajusten a los requisitos de sostenibilidad.

 Monitorización y gestión de bosques

Los bosques están considerados como uno de los pulmones del planeta y son cruciales para el secuestro de carbono y la mitigación del cambio climático. Desgraciadamente, el cambio climático y la falta de mantenimiento en muchos de ellos está incrementando su vulnerabilidad, ya que el número de incendios forestales es mayor que hace décadas.

La gestión de los bosques mediante la combinación de una imagen satelital y datos geoespaciales puede ayudar a monitorizar los esfuerzos de forestación y reforestación, detectar posibles casos de deforestación, supervisar la construcción de infraestructura humana y evaluar ciertas acciones humanas, como la creación de cortafuegos. La planificación de la adaptación al clima consigue reducir el riesgo y los daños que los fenómenos meteorológicos extremos provocan en este ecosistema.

 Apoyo a las iniciativas internacionales

Aunque algunos países tienen experiencia y capacidad para sacar el máximo partido a la recopilación y uso de datos geoespaciales, otros muchos carecen de infraestructuras, capacidad técnica, financiación y/o políticas adecuadas, generando una brecha entre los países con más músculo económico y nivel tecnológico.

Así pues, es esencial promover la cooperación internacional en materia de información geoespacial para hacer frente a los retos globales de forma conjunta. La creación de marcos geoespaciales globales y una aplicación eficaz por parte de gobiernos y organizaciones nacionales puede ayudar a conseguir un análisis preciso y basado en pruebas para lograr soluciones más eficaces y específicas, sin importar el lugar del mundo y las capacidades del gobierno local. 

Asimismo, es imperativo defender y concienciar sobre el enorme potencial que posee la información geoespacial en la lucha por obtener resiliencia climática. La falta de conocimiento respecto a estas y otras tecnologías suponen una barrera para el desarrollo de soluciones que mejoren la lucha contra el cambio climático.

El impacto de los datos geoespaciales es innegable, gracias a la calidad y detalle de la información, lo que permite a gobiernos, ONGs y comunidades locales proteger los diferentes ecosistemas de nuestro planeta. A medida que esta tecnología siga evolucionando, su papel será aún más decisivo y allanará el camino hacia un futuro sostenible.

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Author (photo by the link):

Maksym Sushchuk

Con más de quince años de experiencia en redacción comercial y periodismo, Maksym se dedica a fomentar cambios positivos en la sociedad, la ecología y el medioambiente. Su pasión es utilizar narraciones convincentes para inspirar acciones e impulsar un impacto sostenible, con el objetivo de crear un mundo más ecológico y resistente a través del arte de contar historias. 

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