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Por Reporte Minero , 10 de agosto de 2018Conoce la historia del patrono de la minería
El 10 de agosto se celebra “San Lorenzo” y el día del minero
San Lorenzo es el patrono de los mineros, de los bibliotecarios y también del equipo de fútbol del Papa Francisco, cuyo día se conmemora el 10 de agosto, fecha en la que murió quemado en el año 258, hace poco más de 1,750 años.
La historia de San Lorenzo mezcla la realidad con la leyenda y no existe claridad respecto al momento en qué se convierte en patrono de la Minería. Por ser uno de los primeros archivistas de la iglesia católica, se le considera patrono de los bibliotecarios, pero la relación con la minería nace de su martirio.
San Lorenzo era un diácono y ayudaba directamente al Papa Sixto II, pontífice que cuando estaba celebrando una misa en un cementerio de Roma, la guardia romana le tomó preso para ejecutarlo por órdenes del emperador Valeriano.
Valeriano emitió un edicto que prohibía el culto cristiano y las reuniones en los cementerios, desatando una persecución contra todos los cristianos de esa época, sin importar si eran nobles o plebeyos. Sixto II murió decapitado y tres días después fue martirizado San Lorenzo.
Aquí empieza la leyenda
Cuando Sixto II se aprestaba a su martirio, San Lorenzo le dijo: “Padre, ¿vas a irte sin llevar a tu diácono?” a lo que el Papa profetizó “Hijo mío, vas a seguirme dentro de tres días”.
Al morir Sixto, el alcalde de Roma ordenó a San Lorenzo que le entregara todos los tesoros de la Iglesia para supuestamente financiar una guerra que el emperador comenzaría en un corto tiempo. Este pidió tres días para la tarea, que le fueron concedidos.
En ese momento, todos los tesoros dela Iglesia fueron escondidos y enterrados. Se menciona que entre estos estaba el Santo Grial, el cáliz utilizado por Cristo durante la última cena. Unos relatos hablan de que fueron llevados a una cueva, otra que los envió a sus padres para que los enterraran.
Al mismo tiempo, salió a las calles y recogió a los pobres, huérfanos, viudas, discapacitados y enfermos sin hogar. Luego llamó al alcalde y le dijo: “Ellos son los tesoros más preciados de la Iglesia de Cristo”.
El alcalde, totalmente fuera de sí, ordenó prender una parrilla de hierro y asar allí a Lorenzo. Él lo tomó con una tranquilidad que dejó atónitos a todos, y al comenzar a quemarse, los fieles vieron su rostro brillar y sintieron un aroma que no era el de carne chamuscada, sino todo lo contrario, como de flores.
Fue dejado quemándose vivo lentamente en su tranquilidad pidió luego ser volteado para quedar completamente quemado, mientras oraba por el cristianismo en el mundo.
El hecho de haber enterrado los tesoros, elaborados con metales preciosos, es el que lo relaciona directamente con el trabajo que a diario realizan los mineros.
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