Gustavo Lagos tras pérdidas por US $108 millones de Enami: “Tiene que cerrar la fundición”

En el complejo contexto que se encuentra la estatal, el académico del Departamento de Ingeniería de Minería de la Pontificia Universidad Católica profundizó sobre lo que debería hacer Enami a corto plazo, y señala que la estatal debe mantener su rol de fomento.

La Empresa Nacional de Minería (Enami) reportó pérdidas por US $108 millones al cierre del primer semestre de este año. En doce meses, la cifra se quintuplicó respecto al mismo periodo de 2022, cuando obtuvo US $21 millones. La estatal resintió una caída en los niveles de producción en un 37% en comparación al mismo lapso del año anterior. En consecuencia, las miradas están en la fundición Hernán Videla Lira, que por detenciones preventivas y menor continuidad operacional, tuvo una producción de 16 mil toneladas, una reducción de 50,7% en contraste con junio de 2022, según informó El Mercurio.

Esta situación ocurre mientras Enami arrastra una deuda cercana a los US$750 millones. Incluso, el primer trimestre de 2023, cuando rompieron su récord histórico, la compañía ya tenía una pérdida de US $51 millones.

El camino que tiene Enami por delante es desafiante. Sus números bajan constantemente, y lleva encima una deuda pesada. El académico del Departamento de Ingeniería de Minería de la Pontificia Universidad Católica, Gustavo Lagos Cruz-Coke, opina enfáticamente que “Enami tiene que cerrar la fundición”. Aunque entiende que es una “determinación dura” para la región y sus políticos, argumenta que no es una fundición que pueda modernizarse económicamente, y que, por lo demás, se ubica en una zona muy poblada al centro de Copiapó.  

La Fundición Hernán Videla Lira, que es la primera fundición estatal del país, fue inaugurada en 1952. Ubicada en Paipote, a pocos kilómetros de la ciudad de Copiapó, Región de Atacama, “no ha tenido inversión de parte del Estado y de Enami desde hace muchos años, por eso está tan deteriorada y pierde tanto dinero anualmente”, dice el académico. No es rentable invertir en la fundición, “es muy pequeña, se requiere mucha inversión y no se va a recuperar. Además, existe otro problema, que es el ambiental”, afirma Lagos Cruz-Coke.

La fundición no ha estado exenta de desafíos ambientales. El 2013 se aprobó el DS 28 del Ministerio de Medioambiente, que establece una norma de emisión para fundiciones de cobre y fuentes emisoras de arsénico. Señalando lo siguiente: “Las fundiciones existentes deberán cumplir con un porcentaje de captura y fijación del azufre (S) y del arsénico (As) igual o superior a un 95%”, la que entraba en vigencia en 2018.

En consecuencia, Enami tuvo que iniciar un proceso de modernización para aplicar el Decreto 28 en la Fundición Hernán Videla Lira. Sus resultados, según indicó la estatal, se concretaron seis años después, en 2019, capturando el 95,4% de gases con una inversión de US $56 millones. Fue una de las últimas grandes inversiones en la fundición. 

Desde un comienzo, el objetivo central de la Enami fue impulsar el desarrollo de la pequeña y mediana minería. “Generando condiciones favorables para su competitividad en mercados nacionales y extranjeros”, enuncia Enami respecto a su visión. El académico refuerza esta idea, y considera que la estatal debería dedicarse solo al fomento. Posteriormente, evaluar si existe la factibilidad de incorporarse como socio con empresas privadas en el negocio del litio. 

“La estatal tiene que clarificar su negocio antes”, dice Lagos Cruz-Coke. “Enami es importante para el manejo de los pequeños y medianos mineros… es una institución que hay que mantener y apoyar”, concluyó.

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