AMLO inicia batalla contra fracking y minería a cielo abierto

El presidente buscará prohibir el fracking en el país; sin embargo, para este año, tiene contemplados dos proyectos con este tipo de técnica.

En un movimiento audaz que promete cambiar el curso de la política energética y ambiental en México, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha anunciado su intención de presentar una iniciativa de reforma al Congreso. Su objetivo es claro y contundente: prohibir la extracción de hidrocarburos mediante el método de fracking y poner fin a la concesión de minería a cielo abierto. Esta propuesta se inserta en un paquete de 20 iniciativas de reforma destinadas a revertir los cambios implementados durante lo que el presidente describe como los "gobiernos neoliberales".

El fracking, o fractura hidráulica, es una técnica controversial que implica la inyección de agua a alta presión para extraer gas y petróleo de formaciones rocosas. Desde su campaña presidencial en 2018, López Obrador se comprometió a eliminar el uso de esta técnica, que ha sido ampliamente criticada por sus impactos negativos en el medio ambiente, incluida la contaminación del agua y la contribución al cambio climático. Sin embargo están  contempladas inversiones en proyectos de fracking en el presupuesto de 2024.

La prohibición de la minería a cielo abierto es otra medida propuesta, destacando la preocupación por las prácticas extractivas que deterioran el paisaje, contaminan los ecosistemas y comprometen la salud pública. La minería a cielo abierto ha sido una fuente significativa de inversión en México, pero su impacto ambiental ha generado un creciente rechazo social y político. La administración actual no ha otorgado nuevas concesiones para esta actividad, reflejando un cambio en la política gubernamental hacia la protección ambiental y la sustentabilidad.

Impacto económico y ambiental

La transición hacia políticas energéticas más limpias y sostenibles representa un desafío, pero también una oportunidad para México. Al rechazar el fracking y la minería a cielo abierto, el país se posiciona como líder en la lucha contra el cambio climático y la degradación ambiental en América Latina. Sin embargo, este cambio de rumbo plantea interrogantes sobre el impacto económico, especialmente en regiones dependientes de la extracción de recursos naturales.

La inversión en tecnologías verdes y energías renovables podría ser la clave para mitigar los efectos económicos negativos de estas prohibiciones. La diversificación de la economía, junto con el fomento de la innovación y la sustentabilidad, podría no solo compensar las pérdidas sino también impulsar el crecimiento económico a largo plazo. Este enfoque requiere de políticas claras, inversiones estratégicas y un compromiso con la educación y la capacitación en nuevas tecnologías.

Actualmente, de las casi 250 minas que operan en el país, 97 son minas metálicas a cielo abierto y 152 más son minas subterráneas; sin embargo, hasta marzo de 2022, se tenían registradas 15 mil 551 concesiones mineras en el país con vigencia posterior a 2050.

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