Columnistas
Por Editor , 5 de mayo de 2023 | 13:19Desplome minero: tiempo de tomar medidas
Opinión de Alejandro Montt, Director de Energía, Minería y Recursos Naturales de Albagli Zaliasnik.
El pasado lunes 2 de mayo se publicó la noticia de una baja del Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de 2,1%, el que se habría visto especialmente afectado por una caída de un 8,5% de la actividad minera.
¿Qué explica esta baja de la actividad minera? Los factores son múltiples, y se vienen arrastrando desde hace un tiempo a la fecha. Entre los principales, se cuentan la baja ley de los actuales yacimientos, con la consiguiente alza de los costos aparejada, escasez hídrica y dificultades operacionales.
Según información del Consejo Minero, Chile está estancado en sus niveles de producción de cobre hace ya casi 20 años. Esto ha significado pasar de tener el 36% de la producción mundial, a sólo el 27% en 2022. Similares cuentas pueden sacarse para la producción de oro, plata, y molibdeno. Lo anterior es a todas luces especialmente preocupante en la industria del cobre, donde Chile es, con largueza, el mayor poseedor de reservas, con el 21% de las mismas.
Si a lo anterior sumamos que, según las últimas cifras del Instituto Fraser -que mide las jurisdicciones más atractivas para hacer exploración minera- Chile se ubica en el lugar 31 entre jurisdicciones competidoras, bajando en su percepción y quedando debajo de países como Ecuador y Colombia, la situación es aún más preocupante.
En momentos que comenzaremos un diálogo sobre nuestra nueva Constitución, y seguiremos con la negociación para un nuevo pacto tributario, debiera propenderse decididamente a que esta situación se revierta y podamos tener más y mejor minería. Tanto por el bienestar que representa para Chile, como porque la minería es un aliado insustituible en la lucha contra el cambio climático, mediante el aporte a nuevas energías renovables y electromovilidad.
Por lo tanto, medidas que apunten a generar más dinamismo, dar seguridad jurídica y permitir avances en los proyectos debieran ser consideradas. Entre algunas que pueden nombrarse, están el establecer un royalty que sea realmente competitivo, y propender a regímenes de estabilidad tributaria que permitan tener horizontes claros a nuevos proyectos, incentivos tributarios similares a los que tienen jurisdicciones mineras (recuperación de IVA en etapas iniciales, deducción en la base imponible de socios o accionistas por gastos incurridos en exploración, etc.), mejoras al sistema de evaluación ambiental e institucionales, entre otras.
Respecto del litio, también se abren oportunidades. Las asociaciones público-privadas pueden ser el camino adecuado para viabilizar proyectos y otorgarles licencia social, de modo de retomar el liderazgo perdido.
El tiempo es propicio para un nuevo impulso minero, y posicionar a Chile como un actor relevante en los desafíos globales de energías limpias y electromovilidad. No hay tiempo que perder.
COMENTA AQUÍ