Columnistas
26 de noviembre de 2024 | 08:34¡Pongo fin a mi vida!
Columna realizada por la Coordinadora de Trabajadores de la Minería (CTMIN).
Desde nuestra trinchera sindical, como Coordinadora de Trabajadores de la Minería (CTMIN), alzamos la voz con profunda preocupación ante la trágica pérdida de nuestro compañero César Valdez Guerrero (Q.E.P.D.) en Minera Escondida. Este doloroso hecho, ocurrido tras un despido injustificado mientras nuestro compañero se encontraba con licencia médica por razones de salud mental, no es solo una pérdida irremplazable, sino un grito de alerta que debemos escuchar y atender con urgencia.
Como representantes de las y los trabajadores mineros, hemos sido testigos de cómo el artículo 161 del Código del Trabajo, que permite desvinculaciones por "necesidades de la empresa", se ha transformado en un arma de precarización. Su aplicación indiscriminada ha facilitado la desvinculación de trabajadores y trabajadoras con años de servicio, quienes muchas veces quedan desprotegidos frente a empresas que priorizan los intereses económicos por sobre el bienestar humano. El caso de César es una muestra dolorosa de cómo esta norma puede convertirse en una herramienta peligrosa cuando se utiliza sin humanidad ni responsabilidad.
La muerte de nuestro compañero no es un hecho aislado; es el resultado de un sistema laboral que ha normalizado la deshumanización. Presión desmedida por la productividad, turnos extenuantes, jornadas nocturnas, temperaturas extremas y la distancia prolongada del hogar son factores que, sumados a la ausencia de una cultura organizacional centrada en las personas, han generado entornos laborales tóxicos. Estos entornos no solo afectan la calidad de vida, sino que están poniendo en peligro la salud física y mental de quienes sostienen la minería en nuestro país.
En CTMIN, afirmamos con fuerza que la salud mental no puede seguir siendo un tema relegado. El estrés, la ansiedad y la depresión son problemas que afectan cada vez más a las y los trabajadores de la minería, y las empresas tienen el deber de prevenir y abordar estas problemáticas. Despedir a un trabajador o trabajadora en una situación de vulnerabilidad psicológica, como ocurrió con César, refleja una falta de empatía y responsabilidad social que no podemos tolerar.
Exigimos a las autoridades laborales una investigación rigurosa y sanciones ejemplares contra quienes resulten responsables de este hecho. Asimismo, llamamos a las empresas a garantizar condiciones de trabajo seguras y saludables, cumpliendo con su obligación de aplicar de manera efectiva y participativa instrumentos como el Cuestionario de Evaluación del Ambiente Laboral – Salud Mental (CEAL-SM), destinado a prevenir riesgos psicosociales en el trabajo. En CTMIN, asumimos el compromiso de instalar este tema en nuestra agenda inmediata y en las mesas de trabajo tripartitas donde participamos activamente.
Seguiremos luchando por una minería más justa, inclusiva y humana, donde el bienestar de las y los trabajadores sea una prioridad irrenunciable. Cuando decimos "No más muertos en la minería", no nos referimos únicamente a las cifras de accidentes que las empresas suman a sus estadísticas. Hablamos también de quienes, como César, han caído víctimas de un sistema que les falló.
¡Es hora de cambiar! Es hora de priorizar la vida, la dignidad y el respeto por quienes hacen posible esta industria!
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