¿Un binomio posible? Crecimiento Sostenible y minería

Opinión de Reinalina Chavarri M., directora Observatorio de Sostenibilidad de la Universidad de Chile.

Asistimos a una bonanza alcista en el precio del cobre manteniéndose la llamada barrera psicológica de los U$ 4,00 que durante la primera quincena de marzo logró los U$ 4,123 la libra con una variación diaria de 0,70%. Debido a lo sorpresivo de la pandemia y aprendizajes adquiridos surgen voces de prudencia respecto a si esta situación se mantendrá a mediano y largo plazo y en qué deberíamos fijarnos como país productor. 

Al mismo tiempo, otros señalan que las variables que miden en la actualidad la manera cómo producimos afectaría el crecimiento de la industria. Por tal motivo, nadie estaría dispuesto a realizar grandes proyecciones por riesgo a equivocarse.

En el ámbito de la minería privada y de metales el Índice Global de Sustentabilidad 2021 señala que si bien el sector ha logrado superar los efectos de la pandemia en medio de tanta incertidumbre aún es posible identificar algunas certezas como el aumento de regulaciones en Nueva Zelanda, Escocia y UE; los impactos de la crisis sanitaria afectó las cadenas de suministro dejando en evidencia la interrelación de los temas vinculados con la salud y seguridad, el medioambiente y relaciones con grupos vulnerables de las comunidades, entre otros, todos ellos son asuntos inherentes a la industria minera global y local. 

Otra certeza es el lanzamiento en 2019 del indicador de fiscalidad que las empresas globales empezarán a reportar o aquel indicador de cómo medir la cadena de valor extendida, en temas de residuos y efluentes contaminantes. 

Al parecer el problema no sería técnico sino cómo impulsar temas planteados en el Foro de DAVOS, World Business Council Sustainable Development (WBCSD) y la Consultora BCG, cuyos estudios observan cómo inversionistas están dispuestos a sacrificar ganancias en el corto plazo en detrimento de seguir produciendo a largo plazo. 

El Anuario Sustainability Index 2021 que va en alza plantea que para gestionar impactos y riesgos las empresas mineras y de metales deben ser proactivas en las consultas, anticipar diálogos con sus partes interesadas, debida diligencia en la cadena de suministro, previo al uso de mecanismos de reclamaciones. 

En Chile los cambios de la industria con ejecuciones emblemáticas por el impacto de su transformación tecnológica y la cultura organizacional es una realidad y que lleva a priorizar la dimensión “S”(social) de los criterios ESG (por su sigla en inglés) porque representa el 35% del peso total de la medición, coexistiendo con gobernanza y asuntos ambientales para la toma de decisiones. 

Los índices de sostenibilidad ESG brillaron el año 2020 frente a la caída que tuvieron las calificaciones tradicionales en tiempos de pandemia. En definitiva, gestionar estratégicamente utilizando criterios ESG lleva aparejado rentabilidad financiera, social y ambiental. 

Qué duda cabe que las empresas han desplegado diferentes estrategias para enfrentar la pandemia dentro de los marcos legales y con sus comunidades evitando detener su operaciones y así mejorar resultados.

En este escenario, a fines del 2020 la Sociedad Nacional de Minería proyectó el 2021 un crecimiento del sector minero del 2% con una producción de cobre cercana a las seis mil toneladas. Es aquí donde se produce una oportunidad única para la industria minera y metales con una estrategia con una visión de futuro sostenible, especialmente, cuando nos adentramos a un proceso constituyente que ocupara la agenda los próximos dos años. Cómo diseñar una estrategia compartida por la industria, gobierno y organizaciones de la sociedad civil.

Planeamientos globales señalan la necesidad de planificar escenarios considerando factores macroeconómicos que preparen a las empresas para abordar asuntos externos porque variarán de una región a otra o de un territorio a otro. 

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Lo anterior significa revisar estrategias, materialidad, datos para ofrecer trazabilidad de la información a inversionistas, analistas, clientes y organizaciones de la sociedad civil - cada vez más globalizada- utilizando tecnologías como el blockchain, porque dicha supervisión supera la capacidad de los estados y sus gobiernos.

A mi juicio, el crecimiento del sector vendrá dado por el precio y su productividad medida con criterios actualizados debido a la digitalización creciente y el teletrabajo. Mientras que, la transformación tecnológica impulsará una competitividad sostenible desarrollando educación para la vida con la adquisición de competencias técnicas que permitan realizar la operación minera con alianzas entre los actores de la industria, el gobierno de turno y la sociedad civil como pilar de aquella gobernanza que posibilita resolver asuntos que por su impacto como la gestión de residuos, cambio climático, ecoeficiencia y riesgos operacionales provocados por la escasez de agua, son vitales para la supervivencia de las personas y ecosistemas. 

Liderar hoy, en escenarios interdependientes, exige reflexionar y luego actuar. Allí encontraremos un crecimiento sostenible debido la confianza generada entre las partes interesadas, a través del diálogo permanente, colaboración y reciprocidad. 

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