Una mirada histórica de Ventanas

La relación de Carlos Castro con la Fundición Ventanas se remonta a su infancia. Su padre trabajó en la construcción de la fundición, y hoy Castro, de 58 años, es director del sindicato turnado de Codelco Ventanas, con más de 35 años trabajando en la empresa.

“Mi padre vino a construirla, y yo vine a cerrarla. No me hace sentir grato de ninguna forma”, señala Castro, quien junto a otros 350 compañeros y compañeras de trabajo, vieron cómo el pasado 31 de mayo, la Fundición Ventanas apagó sus hornos cerrando la fundición de cobre y la planta de ácido sulfúrico, tras 58 años de funcionamiento. 

Como política de la compañía, se definió un plan de retiro especial y reubicación para trabajadoras y trabajadores, donde 203 se acogieron a este plan de egreso especial, mientras que 59 se reubicaron en otros centros de Codelco como Chuquicamata, El Salvador o Caletones. Otros 88 fueron capacitados para desempeñar otras funciones en la refinería de la división, que proyecta dos años para el cese de operaciones de la fundicion.

El director del sindicato turnado y crudero de conversión, comenzó a trabajar en Ventanas en 1988, cuando tenía 23 años. Estudió electricidad y entró como contratista en el área de fundición, donde vivió hitos claves para el desarrollo de la industria fundidora local: Cuando se instaló, cerca del año 1985, el Convertidor Teniente, y en 2016, cuando participó en el cambio para mejorar el desempeño ambiental del complejo a propósito de lo establecido en el DS28 de captura de emisiones del Ministerio de Medioambiente, donde la estatal logró la meta de captura de 95%.

Lo que se hereda, no se hurta

“Las plantas comenzaron a construirse en 1961 y fueron inauguradas en años distintos. La fundición en 1964, por el Presidente Jorge Alessandri, y la refinería electrolítica en 1966, por el Presidente Eduardo Frei Montalva. Desde entonces, se convertirían en emblema de una era de industrialización para la Región de Valparaíso”, expresó en su momento el presidente ejecutivo de Codelco, André Sougarret, quien presentó su renuncia a partir del 31 de agosto.

La discusión en torno al posible cierre de la fundición data de 2019, cuando en el segundo gobierno de Piñera se anunció que se estudiaría la decisión de apagar el complejo, al estar instalado en una zona de sacrificio. Si bien esta idea no prosperó, fue el 17 de junio de 2022 que el presidente Boric, concretó los planes de cierre.

La alegría entre quienes aplaudían el cierre, especialmente habitantes de la zona de Puchuncaví, se contrarrestó con quienes lamentaban la decisión. Para Castro, esto era más que algo relacionado a mercado o sustentabilidad. Una parte importante de su historia se cerraría junto al complejo.

Mientras se desarrolla esta entrevista, Castro recuerda a su padre, que como él, dedicó gran parte de su vida a la fundición, quien trabajó en la construcción de los hornos reverberos en 1962, y luego de 35 años de trabajo, abandonó el complejo al jubilarse en el año 2000. Alcanzaron a trabajar juntos. Se fueron en el mismo bus durante doce años. 

Pero los episodios de contaminación en la zona -donde operan empresas como ENAP, AES Gener, Gasmar y Oxiquim- fueron en aumento. Es así como el 23 de marzo del 2011, la dirección de la escuela de La Greda suspendió sus clases debido a dificultades respiratorias de sus alumnos y alumnas, y con un amplio impacto social. “Nos dio un golpe muy grande”, explica Castro, quien recuerda que las operaciones se detuvieron por 6 meses, sin embargo en ese periodo, se mantuvieron los episodios de contaminación. “Pero el estigma quedó instalado y fue difícil sacarlo, hasta el día de hoy”.

Una mirada hacia el futuro de la industria fundidora

Este jueves 20 se acaba el plazo para que el Gobierno presente su estrategia para el fortalecimiento de la capacidad de fusión en Chile, en base al proyecto de ley que viabilizó el cierre de la fundición Ventanas de Codelco.

Con una caída en la producción de cátodos de cobre en el país que alcanzó un 30% en la última década de acuerdo a El Mercurio, y un aumento considerable de la exportación de concentrados, la discusión en torno al futuro de la industria sigue desarrollándose contra el tiempo. A esto se suma la prominencia del mercado fundidor chino, que ya alcanza el 37% de la capacidad mundial, y que se espera que alcance el 50% en el mediano plazo. 

En este sentido, Castro, quien ha vivido toda su vida en Puchuncaví, y actualmente continúa trabajando en la planta, considera que las fundiciones son esenciales para la economía del país. Plantea que “si no somos capaces de tomar las riendas, de convertirnos y hacernos sustentables y sostenibles a través del tiempo, en el corto plazo las fundiciones en Chile van a desaparecer”.  

Los estándares que pueden servir a Chile para el futuro son los europeos, dice el director del sindicato. “Esa es la mirada que deberíamos tener nosotros como país, donde la minería sigue siendo un pilar fundamental para nuestra economía”. 

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