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Por Reporte Minero , 21 de agosto de 2019Revolucionario proyecto piloto de almacenamiento de energía es instalado en Chile
El costo estimado de esta tecnología se presenta como una opción más económica que las baterías de ion litio
En la actualidad, uno de los principales problemas que mantiene la industria energética son las limitadas opciones de acopio energético, por esto, la empresa canadiense Hydrostor comenzó a desarrollar tecnología que pueda solucionar este problema, mediante la implementación de un sistema piloto de almacenamiento de energía con aire comprimido.
La firma canadiense, que mantiene dos pilotos de 25 MWh de capacidad total de almacenamiento, instauró los sistemas en Australia y en el norte de Chile, significando una buena instancia para potenciar el desarrollo de proyectos de reservorio energético de los países, teniendo en cuenta el incremento de las energías renovables presentes en el país.
Almacenamiento con aire comprimido
A grandes rasgos, el funcionamiento de este sistema consiste en crear cavernas subterráneas, para luego comprimir el aire mediante electricidad, lo que genera aire caliente. Este producto se envía a la sección subterránea y posteriormente se agrega una gran cantidad de agua, generando una presión constante que fuerza al aire a la superficie, donde se mezcla con el calor y se expande por medio de una turbina.
La iniciativa mantiene un alto potencial al momento de proyectarse con las necesidades de almacenamiento de las nuevas tecnologías de generación eléctrica, ya que “el almacenamiento de calor con el proceso de compresión elimina la necesidad de quemar gas natural en la descarga y permite que esta clase de proyecto se haga sin usar combustibles fósiles”, explicó el gerente general de Hydrostor, Jordan Cole a ELECTRICIDAD.
De este modo, el proyecto mantiene rangos de almacenamiento de 100 a 500 MW, con una duración que varía entre las 4 y 24 horas, dependiendo de la frecuencia de requerimiento energético. Además, Cole sostiene que el costo estimado de esta tecnología fluctúa entre US$1.000 y US$2.500 por kW, presentándose como una opción más económica que las baterías de ion litio.
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